Este verano de 2015 tiene todas las papeletas para alcanzar una cifra extraordinaria de peregrinos a Compostela. Los datos que vamos leyendo en los medios de comunicación y que ofrece la Oficina del Peregrino apuntan a que el camino de Santiago, sobre todo las vías que vienen desde el continente europeo, se está convirtiendo poco a poco en un referente mundial. Pero dentro de la tradición medieval jacobea no siempre recordamos la importancia de Padrón, el puerto fluvial del Camino de Santiago.
Recuperemos un poco el “cómo” se llegó a la conclusión de que las reliquias encontradas en el Libredón correspondían al apóstol Santiago el Mayor: después de predicar en Hispania, con bastante poco éxito, Santiago decide regresar a Palestina. Una vez allí Santiago es condenado a muerte y decapitado por orden del Rey de Judea Herodes Agripa I, según cuentan los Hechos de los Apóstoles. Por este dato podemos poner la fecha de muerte de Santiago entre los años 41 y 44,años en los que Agripa I reinó en Judea.
La tradición, ahora sí, cuenta que dos de sus discípulos. Teodoro y Atanasio, lograron conservar su cuerpo de alguna manera, lo depositaron en una barca de piedra y navegaron con el hacia Gallaecia, pasando las columnas de Hércules. Cuando llegaron a las costas, se adentraron hacia tierra por la ría de Arousa y remontaron el río Ulla hasta llegar a Iria Flavia, donde amarraron la barca en un pedrón empezaron a buscar un lugar en el que dar sepultura a su maestro.
Quizás hoy nos parezca extraño imaginar barcos de más o menos eslora atracar tan en tierra adentro pero es que la sedimentación del Ulla no era la misma entonces que ahora. De hecho, muy cerca del hotel restaurante Scala podemos encontrar una pequeña población llamada Porta dos Mariños (puerta de los marineros en castellano), cuyo nombre viene de un pequeño puerto fluvial romano que fe utilizado tanto en la edad Antigua, como cuenta este relato sobre el Apóstol, como en la Edad Media: los saqueadores vikingos de Compostela atracaron aquí sus drakkar antes de emprender el camino a Santiago para saquearlo.
El caso es que en el siglo IX, el obispo de Iria Flavia, atendió al requerimiento de un eremita que vivía en el cercano bosque de Libredón. Paio, así se llamaba el anacoreta, aseguraba haber visto formas lumínicas y sonoras brotar del suelo en medio del bosque.
Y el resto es historia más o menos conocida.
La creación del centro de peregrinación en Compostela siempre estuvo ligado a la apertura del occidente peninsular a los nuevos reinos cristianos que se abrían paso frente a la hegemonía musulmana. Una forma de conectar estas vías era fomentar un lugar de peregrinación, así que el camino Francés iba a ganar en relevancia sobre cualquier otra vía. Pero ¿qué pasa con el literal camino de Santiago? La ruta que rememora el viajes de los discípulos vuelve a tener relevancia entre aquellos interesados en el fenómeno jacobeo, aunque quizás tenga un componente más de ocio que de verdadera peregrinación. La Ruta Marítima, comienza a la entrada de la Ría de Arousa, dejando a estribor las islas de Onza y Ons, frente a la Ría de Pontevedra y a las costas de Sanxenxo, continuamos y a la entrada de Arousa, se avista, la recortada línea de costa de la isla de Sálvora.
La singladura más segura sigue el llamado Canal Principal, entre la isla de Sálvora y la península de O Grove. Este canal tiene como referencia el faro de Sálvora y la isla de Pombeiro, en el extremo suroeste de O Grove.
Continua doblando por estribor la punta de San Vicente (O Grove) y entrando en la parte más ancha de la ría que forma la península de O Grove y la isla de A Toxa. Prosigue hacia el noreste, pasando entre las riberas de los municipios de A Pobra do Caramiñal y A Illa de Arousa. Hay que seguir hasta doblar la Punta do Cabalo (A Illa).
La embarcación tiene que seguir por el centro de la Ría de Arousa hacia la desembocadura del Ulla. Por el costado de estribor la ruta se aproxima a Catoira, donde se levantaban las Torres de Oeste, fortaleza construía para repeler los ataques vikingos.
Ya en la garganta del río Ulla, hay que seguir navegando hasta el antiguo puerto fluvial de Iria Flavia, en Pontecesures. A ambos márgenes del río, se abren Valga y Dodro y a babor, las brañas de Laíño y las veigas de Lestrove. Sirviendo de divisoria el cauce el Río Sar, afluente del Ulla. delimita los municipios de Dodro y Padrón.
En Padrón, la ruta marítima sigue a pie y coincide con el camino Portugués a lo largo de Iria Flavia y Escravitude, donde ya se intuyen las tierras de Compostela.
La huella del culto a Santiago en Padrón es palpable y su importancia en el desarrollo arquitectónico y artístico de la comarca está presente en el patrimonio arquitectónico.
Disfruten con nosotros de esta peregrinación veraniega.